lunes, 18 de junio de 2007

La cuenta por favor

PersonajesComensal 1 Comensal 2 Mesero Utileria2 mesas (idénticas—con servilletas, velas, flores, muchos platos sobre ella) Manteles largos Libreta para ordenar con lápiz Menú Tarjeta de crédito Música de fondo Introducción:La obra se desarrolla en un café. En este café íntimo y elegante se encuentran dos mesas idénticas vestidas con manteles largos, velas y flores. Ambas tienen varios platos apilados sobre ellas. Un solo comensal por mesa. El Comensal 2 evidentemente está terminando su postre cuando el Comensal 1 truena los dedos llamando al mesero limpiándose la boca mientras el mesero camina hacia él con una servilleta en su brazo. Se escucha música suave durante todo el drama.COMENSAL 1: Mesero, déjeme darle las gracias. Esta fue la mejor probada de vida que yo he tenido. Todo estaba cocinado a la perfección. Mis felicitaciones al creador. MESERO: ¿Quiere ordenar algo más? (señor o señorita)? COMENSAL 1: No, eso es todo, muchas gracias. Solo la cuenta por favor. MESERO: Por supuesto. (Saca la libreta de ordenes) Vamos a ver… ¿Qué comió? Chisme glaseado con miel, lujuria agridulce, una orden grande de sexo pre-matrimonial—¿Tenía hambre no?... COMENSAL 1: Si--¡Y todo sabía riquísimo! MESERO: ...mentiras al champiñón en insultos con salsa blanca. Trocitos de marihuana ahumada en envidia en salsa picante (bien cocida.) Vanidad sin cebollas, estofado de odio y la pesca del día —ego-ismo. De postre... Mmmm… desobediencia a Dios cubierta con salsa de naranja y café a la blasfemia. Eso fue todo (irónicamente) COMENSAL 1: Y créame, todo estaba buenísimo. ¿Cuánto debo? MESERO: Déjeme ver… seis cincuenta, más diez con noventa, más ocho treinta... (murmura haciendo cuentas) en total me tiene que dar... ¡si!, su vida. COMENSAL 1: ¡Mi vida! ¡Debe haber un error jovencito! (toma el menú) MESERO: No señor. Está todo aquí en sangre y blanco. Muerte. Verá señor, en este restaurante la paga del pecado es muerte. COMENSAL 1: (furioso) ¡Pero no es mi culpa! ¡No podía dejar de comer! Todo sabía tan rico en ese momento. Por favor--¿qué puedo hacer? MESERO: Lo siento señor pero su comida se terminó. Debe pagar el precio ahora mismo. Por aquí por favor señor. COMENSAL 1: ¡No! ¡Esto no es justo! ¡Lo siento! ¡No quise hacerlo! ¡Por favor perdóneme! MESERO: (respirando con algo de compasión por el Comensal) Si tan solo hubiera pedido perdón mientras todavía estabas comiendo, las cosas serían diferentes. Ya es demasiado tarde ahora. Se terminó su comida. (El Mesero comienza a pedirle que lo siga, después lo jala, finalmente a empujar al Comensal 1 hacia la salida; el Comensal grita mientras sale. El mesero se sacude y regresa a la mesa y comienza a limpiarla. El Comensal 2 ha observado toda la escena) COMENSAL 2: ¿Problemas? MESERO: Oh, no. Sucede todo el tiempo aquí. Comen y comen y comen—y antes que se den cuenta su comida ha terminado. Todo se termina y no obtuvieron la gracia. ¿Le puedo dar algo más? COMENSAL 2: No, supongo que he terminado también. MESERO: ¿Disfrutó de la comida? COMENSAL 2: Pues sí. En general estuvo bien. Déjeme decirle que cuando me tocó un cartílago no pensé que podía pasarlo… parece que fue ayer que me llevó a mi mesa. Creo que es tiempo para ver mi cuenta. MESERO: Si, es tiempo. Para la mayoría de las personas, el final de su comida llega de sorpresa. Jamás piensan que deben dejar de comer. Bueno, suficiente plática. Veamos ¿qué comió? (Echa un vistazo a los platos sobre la mesa, sorprendido con la conclusión de la comida del Comensal 2) Bueno, veo que ha ordenado nuestro especial bajo en calorías y bajo en pecado: una orden pequeña de paciencia, una bola de amabilidad de vainilla y pan dulce de amor, con betún de obediencia. (desilusionado) Oh, no—veo que ha probado del bar. COMENSAL2: Fue horrible. MESERO: También probó una cucharada de mentiras y egoísmo. COMENSAL 2: Si, y estoy tan avergonzado por eso. Fue tan fácil tentarme. Estaba ahí mismo en mi mesa. MESERO: También comió una rebanada de envidia. (animado) Ah, pero veo que también probó las buenas obras. COMENSAL2: Intenté comer la comida correcta. Simplemente no podía tomar las decisiones correctas por mi mismo para nada. MESERO: (consolando) Mire señor. La gente viene aquí día a día y nadie ha comido una dieta balanceada. Solamente un hombre, sólo uno—el hijo del cocinero. El era un comensal extraordinario, el era el hijo del cocinero principal. El otro cocinero que trabaja aquí es terrible. Su comida siempre causa agruras. COMENSAL 2: ¿Cuánto debo en mi cuenta? MESERO: (Pausa) Lo siento señor—pero todo suma igual—muerte. No importa si pedió una gran porción de pecado o solamente una probada. El pecado es pecado y la cuenta es la misma. (Se acerca al Comensal 2 para llevarlo a la misma puerta que el Comensal 1) COMENSAL 2: Espere—tengo una tarjeta. MESERO: Lo siento señor. No aceptamos Visa ni Master Card, ni --COMENSAL 2: Pero esta tarjeta es diferente. (Le da la tarjeta al mesero) MESERO: (Lee en voz alta) “Tarjeta de Salvación. Estimado cliente: el portador de esta tarjeta tiene todas sus comidas pagadas por mi. Consulte el libro de reservaciones. Déjenlo sentar a mi mesa por toda la eternidad.” Y está firmada por el hijo del cocinero principal. (la examina detenidamente) Si, es legítima, está bien. ¿A dónde obtuvo esta tarjeta? COMENSAL 2: Me fue dada cuando invité al hijo del cocinero a mi mesa. Le permití escoger qué comida debía comer. Hubieron ocasiones que escogí lo que yo pensé que era rico. Pero nada de la comida del otro cocinero sabía tan rica. Pero cuando le permití al hijo del cocinero escoger del menú entonces mi comida tuvo verdadero sabor. El pidió cosas que valían la pena probar. Me dijo que le dijera a otros de su menú exclusivo para cada uno. Aún dijo que yo era la sal de la mesa. MESERO: (Escoltando al Comensal 2) Tal parece que le esperan en la mesa del hijo ahora. (señalando) Entre por aquella puerta, la estrecha. COMENSAL 2: (toma un par pasos hacia esa dirección y se detiene y voltea) ¿Usted no viene? MESERO: Pronto estaré ahí, eso espero, pero por ahora existen más cuentas que debo sumar. Espere, no se vaya sin su tarjeta. Este es el mejor crédito que podía obtener. FIN Fuente:www.especialidadesjuveniles.com

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